Derivasrastrosmapeos
Cartografías
A partir de una suerte de reflexión en torno al espacio pictórico y sus posibilidades, sus relaciones con el acto y la experiencia, y con un marcado interés por la materia y sus texturas, cartografías intenta visibilizar ese registro de lo no-visible, una especie de tarea arqueológica del último dato, como testimonio y vivencia de aquello que se escapa a la mirada visible expresado en superficies modeladas desde el deterioro físico, temporal pero también bajo el principio de palimpsestos: la incesante re-escritura el cual se halla marcado indefectiblemente por el afán cotidiano de un transeúnte de mirada agotada, e inmerso en rutas febriles repletas de laberintos y desencuentros.
La Serie de pinturas agrupadas bajo el rótulo de “Cartografías” recoge una suerte de reflexiones en torno al espacio pictórico y sus posibilidades, sus relaciones con el acto y la experiencia. superficies en tránsito.
Si bien la teoría formalista de la deriva se ocupa de la apropiación del entorno físico y geográfico, el interés aquí está orientado más hacia los terrenos del acontecimiento, de la experiencia: más allá de la puesta en escena, DerivasRastrosMapeos busca cierto des-borde mimético para propiciar unas relaciones inherentes al proceso mismo de la instalación de las piezas, siempre que cada montaje de la misma supone una dis-posición distinta, variando la secuencia, el orden y la intervención del espacio. Refiere, entonces, al objeto situado pero mutable; a gestos y grafías indescifrables que, a su vez, remiten a la huella errática y al rastro impreciso.
Justamente, son piezas que han sido concebidas para suscitar la experiencia de la transitoriedad, de la mutación casi imperceptible, pero que puede generar la sensación de perplejidad y desasosiego ante su condición atemporal e inasible. De hecho, las piezas que conforman la obra DerivasRastrosMapeos proponen múltiples referencias en un amplio espectro, que bien puede remitirnos a su dimensión material u orgánica, así como a su simbolismo inherente, estrechamente ligado a una des-figuración deliberada de lo humano. En todo caso, refiere a mapeos de subjetividades extremas, donde el lector-espectador pueda demarcar sus propias rutas y derivas.
El mapa es leído a través del lenguaje cartográfico y como lectura necesita la participación del receptor, así el lenguaje cartográfico es también resultado de la actividad mental del usuario. En este proceso de lectura del mapa, los contenidos de la mente del cartógrafo y la realidad del usuario se unen. Sin embargo, hay una ambigüedad entre lectura y emisión, una falla entre emisor y usuario, entre descripción y descodificación del perceptor. Esta falla es un agujero, que abre el debate en torno al lenguaje y sus contenidos, acerca de cómo representar el mundo, cómo mostrar la ambigüedad del diagrama y cómo representar la falla entre el cartógrafo y el usuario.
Plana Gracia, Laura. Cartografías del no-lugar.